Castillo de San Juan Bautista
Imagen: Thomas Wolf, www.foto-tw.de, CC BY-SA 3.0 DE
El Castillo de San Juan Bautista, también conocido como el Castillo Negro, es una de las fortificaciones más importantes de Santa Cruz de Tenerife. Esta construcción se encuentra en el centro de la ciudad, detrás del Auditorio de Tenerife, y es uno de los monumentos más emblemáticos de la isla.
La idea de construir el Castillo de San Juan Bautista llevaba mucho tiempo en la mente de las autoridades de Tenerife, pero no fue hasta el año 1641, en plena revolución de Portugal, que se llevó a cabo su edificación. La isla se encontraba en ese momento amenazada e indefensa, por lo que el Capitán General Luis Fernández de Córdoba y Arce exigió personalmente a los vecinos una contribución para hacer frente a la obra. Con los fondos recaudados se inició la construcción del castillo cerca de la Caleta de los Negros, nombre con el que se conoció popularmente, finalizando las obras en 1643.
El Castillo de San Juan Bautista consta de una torre circular en el frente del mar con una explanada al descubierto y parapetos con troneras, que cuenta con emplazamiento para cinco piezas de artillería. Los alojamientos del castillo están constituidos por dos locales abovedados bajo las explanadas, con una superficie aproximada de 47 metros y una anchura del muro de mampostería de 1,5 metros.
La construcción del Castillo de San Juan Bautista fue motivada por la necesidad de proteger la ciudad y la isla de los posibles ataques de los piratas y corsarios que navegaban por el Atlántico. Uno de los episodios más destacados en la historia del castillo tuvo lugar en el siglo XVIII, cuando la flota británica, comandada por el almirante Horatio Nelson, intentó invadir la ciudad y el archipiélago. Este hecho se conmemora cada año en el mes de julio con la Recreación de la Gesta del 25 de julio, que atrae a numerosos visitantes a los alrededores del castillo.
Durante muchos años, el Castillo de San Juan Bautista fue uno de los lugares más importantes, ya que se encargaba de la sanidad, la policía del puerto, la otorgación de los permisos para la entrada y salida de las naves, y de la correspondencia. Además, los encargados del castillo tenían el derecho de cobrar el impuesto sobre la sal y la harina, y mediaban en los conflictos entre pescadores y mareantes. El nombramiento de castellano o alcaide del castillo era un honor muy deseado por la nobleza de la isla, ya que demostraba su hidalguía y les permitía ingresar en las Órdenes Militares o en las Maestranzas.
En la actualidad, el Castillo de San Juan Bautista es uno de los principales atractivos turísticos de Santa Cruz de Tenerife, y es un lugar que todo visitante debe conocer. Además de su valor histórico y cultural, este castillo ofrece unas vistas impresionantes del mar y de la ciudad, y es un lugar ideal para disfrutar de la puesta de sol.